Título original: Amour
Género: Drama.
Calificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 127 minutos.
Dirección: Michael Haneke.
Guión: Michael Haneke.
Reparto: Jean-Louis Trintignant, Emmanuelle Riva e Isabelle Huppert.
Amor relata los tristes días de una pareja de ancianos, luego de que ella sufre un accidente cerebrovascular y queda incapacitada bajo el cuidado de su compañero de vida.
Haneke ha cosechado con este film excelentes críticas y numerosos galardones, apropiándose esta vez del Óscar a mejor película de habla no inglesa luego de que en 2009 La cinta blanca no pudo conseguirlo tras perder por un pelo frente a El secreto de sus ojos. Amor relata los tristes días de una pareja de ancianos, luego de que ella sufre un accidente cerebrovascular y queda incapacitada bajo el cuidado de su compañero de vida.
La dirección sombría a cargo del cineasta austríaco invade cada plano de la triste historia de Georges y Anne en su viejo y achacado departamento. Los planos estáticos y alargados brindan una sensación de pesadez y aletargamiento que transmiten con efectividad la desolación de la enfermedad de Anne y de la vejez que invade a ambos protagonistas. Sin embargo, vale mencionar también que dicha pesadez puede tornarse por momentos insostenible y lograr aburrir a algunos en mayor o menor medida, lo cual no quita por supuesto mérito a la calidad final del producto, pero obliga al espectador a pensarlo dos veces a la hora de recomendar su visionado. Los primeros planos, puede que gracias a su escasez, penetran de manera impactante, dando así como resultado a un film fiel a su origen europeo y marcando de este modo amplia distancia respecto del tan característicamente palomitero cine norteamericano.
Lamentablemente para los románticos adeptos a Diario de una pasión, Amor no emociona, o al menos no en el sentido convencional de la palabra, ya que lejos deja al público de soltar siquiera una pequeña lágrima. La estética del film, así como también el guión escrito por el mismo Haneke, más bien resultan asfixiantes, abrumando al espectador con una desolación propia de un día depresivo. La vida incluso parece perder sentido luego de abandonar la sala de cine, momento en el cual se siente con mayor crudeza la historia que nos acaba de ser contada. La desfiguración de Anne y la impotencia de Georges por aliviar el sufrimiento de su alma gemela hacen que se sienta así una pena dolorosa por ambas almas al borde del abismo.
La vejez, la enfermedad, la soledad, la muerte: tópicos sombríos que todo ser humano tiende a alejar de su mente en sus quehaceres diarios; Amor nos lleva, no obstante, a darnos cuenta acerca de lo triste que puede ser siquiera reflexionar que lo peor de todo quizás nos encuentre hacia el final de nuestros días, cuando ya no haya suficientes fuerzas para hacerle frente.
7 - Buena