5 dic 2011

El precio del mañana



Título original: In time.
Género: Ciencia ficción, Thriller, Acción..
Calificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 109 min.
Dirección: Andrew Niccol.
Guión: Andrew Niccol..
Reparto: Justin Timberlake, Amanda Seyfried, Vincent Kartheiser, Cillian Murphy, y Johnny Galecki.





Andrew Niccol no tiene muchas películas en su haber, pero las pocas que posee son prácticamente obras maestras. Es el escritor y director de Gattaca, una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos, y guionista de comedias drámaticas inolvidables como El show de Truman y La terminal. De modo tal que, cuando hace un par de meses me enteré del futuro estreno de este nuevo film escrito y dirigido por el escritor, director y productor neozelandés, empecé a contar los días que faltaban para su estreno. La idea de base sonaba además sumamente interesante. En una sociedad retrofuturista, la ingeniería genética ha permitido que los seres humanos solo envejezcan hasta la edad de 25 años. Sin embargo, a esa edad un reloj interno se activa marcando en cuenta regresiva un último año más de vida, a menos, claro, que de algún modo se obtengan más días que permitan prolongar nuestra existencia. Pero las horas cuestan, y es de este modo como la diferencia de clases queda marcada por la longevidad de cada una: mientras los pobres viven al día y mueren jóvenes, los ricos viven eternamente. El film, lejos de quedarse con esta premisa, va un poco más allá. El tiempo es ahora la moneda corriente de turno: las llamadas teléfonicas cuestan un minuto, los pasajes de autobús dos horas, y la adquisición de un nuevo automóvil de colección unos 59 años. Las cuentas se pagan con días, y la paga en el trabajo se realiza mediante la suma de nuevo tiempo al reloj biológico de los protagonistas.
Tal y como sucede en Gattaca, Andrew Niccol se luce a la hora de plantear la realidad del futuro distópico en la cual se desarrolla el film. Sin embargo, el curso de eventos que ha de suceder en El precio de mañana a partir de las bases anteriormente planteadas está muy lejos de ser sublime. La historia es  simplona y predecible, dando lugar a una especie de Robin Hood futurista en donde la suerte de los protagonistas es tan obvia que casi recuerda a un film de Steven Seagal.  Los diálogos son sosos y melosos, y lo único que se desea durante los breves momentos en los que Will y Sylvia intercambian cursis palabras es la llegada de la siguiente escena para que así ponga fin a tan forzada conversación. El principal defecto son por supuesto los enormes baches en el guión, siendo los más estruendosos algunos de los que menciono a continuación:
i) Teniendo en cuenta que la paga en el trabajo es diaria y que solo alcanza para vivir un día más, ¿qué sucede si uno se enferma y pierde la paga de un día completo?
ii) Si bien en las clases bajas del ghetto la gente está acostumbrada a ver al otro morir en las calles, ¿la frialdad de las clases altas es tanta que con tal de ganar una mano de póker ya no importa si el contrincante muere frente a todos los presentes por haber apostado demasiado?. 
iii) ¿Por qué nadie más, aparte de Will, roba el banco? ¿O es que acaso todos prefieren morir honestamente?. 
iv) ¿Realmente alguien se olvidaría de recargar su reloj teniendo en cuenta que en dicha sociedad se vive y se muere por el tiempo?.
v) Si un millón de años repartidos entre un millón de personas da como resultado solo un año para cada individuo, ¿tan poca es la cantidad de gente presente en este futuro poco probable?. 
vi) ¿Como demonios se infiltra Will, un prófugo de la justicia por cuya cabeza se ofrecen cien años, entre los guardaespaldas del padre de Sylvia?.
Son solo algunas de las preguntas que resuenan en la mente luego de abandonar la butaca y que contribuyen a dar como resultado un producto con una idea impactante, pero pésisamente desarrollada, en donde lo único rescatable son quizás las actuaciones de Justin Timberlake y Cillian Murphy. 
Decepcionante, pero entretenida. 

4 - Regular