6 ene 2012

Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio.



Título original: The adventures of Tintín: Secret of the Unicorn.
Género: Animación.
Calificación: Apta para todo público.
Duración: 107 min.
Dirección: Steven Spielberg.
Guión: Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish.
Reparto: Jamie Bell, Andy Serkis, Daniel Craig y Simon Pegg











Las aventuras de Tintín es una serie de historietas publicadas por primera vez en 1930 por el autor belga George Rami, más conocido con el pseudonimo de Hergé. La serie consta de 24 albúmes y su último ejemplar alcanzó la luz en el año 1976. Dos adaptaciones televisivas, una de fines de los ´50 y otra de principios de los ´90, relatan las aventuras del joven periodista junto a su fiel compañero Milú. Largometrajes animados, algunos protagonizados por personajes de carne y hueso, e incluso otros realizados con marionetas animadas han invadido la pantalla grande durante los últimos 6o años. Por ende, la historia de Tintín es ya de sobras conocida.
Esta vez nos llega de la mano de Steven Spielberg una cinta que se destaca por su arrebatadora perfección gráfica: una delicia para las miradas que deslumbra con su belleza de una forma solo lograda previamente en contadas ocasiones en el rubro de la animación. La vigésimo sexta película, y primera animada, del famoso director de Tiburón adapta las aventuras relatadas en el álbum El secreto del Unicornio, publicado por primera vez en 1942. En busca de una serie de viejos pergaminos escondidos en cada uno de los mástiles de tres  distintos barcos en minatura, Tintín, acompañado de Milú y el capitán Haddock, deberá resolver un misterio tras el cual parece haber un tesoro escondido por un antepasado del capitán. Sin embargo, no son los únicos que buscan el oro. Ivan Sackharine también va tras él y no dudará en deshacerse a sangre fría de todo aquel que se interponga en su camino.
El Tintín spielbergiano es fiel al modelo esbozado por Hergé, sobre todo en la primera mitad del film. Siempre fue una realidad que muchas de las aventuras vividas por el joven del copete pelirrojo habrían acabado con la vida de un ser humano de carne y hueso, pues su suerte es tal que hace que lo improbable, aquello por lo que nadie apostaría ni un centavo, finalmente tenga lugar. Pero lo improbable no por ser improbable deja de ser posible, y es por ello que uno siempre acepta sin protestar la victoriosa resolución de los grandes problemas en los que el joven se mete con sus amigos. Esto en el largometraje se ve a cada momento, tornando por ende más que obvio el grato destino que sufrirán los protagonistas luego de ser náufragos en medio del mar o de caminar sin rumbo, agua ni comida por sobre las calientes arenas del Sahara. Pero no hay crítica alguna que hacer a esto, sino que, por el contrario, debe aplaudirse, porque el verdadero Tintín es así. La fidelidad de la primera mitad del largometraje me trajeron inevitablemente el recuerdo de aquellos sábados por la tarde cuando me sentaba frente a la televisión para ver la seguidilla de episodios que Cartoon Network emitía en aquel entonces. Sin embargo, en algún momento durante el desarrollo del film me encontré viendo a un Tintín diferente. Fueron momentos sutiles y hasta podrían llegar a ser pasados por alto por alguien que jamás haya leido o visto un episodio de las aventuras del joven periodista, pero  al menos para mí fue lo suficientemente estruendoso como para darme cuenta de que lo que estaba observando ya no era improbable, sino imposible. Tal vez este alejamiento de la verdadera esencia no fue con otro objetivo más que el de dar lugar a un film más repleto de acción, más acorde a las escenas escandalosas y sin sentido que inundan películas repletas de efectos especiales pero sin argumento de hoy en día. ¿O acaso Avatar no fue aclamada por la crítica a pesar de contar con una historia sosa y predecible no muy distinta de la de Pocahontas? ¿Y qué me dicen de películas abominables pero aún así supertaquilleras como Transformers o Spiderman 3?  Citando al propio Haddock: ¡rayos, truenos y centellas!
En fin... Una adaptación digna de ser vista por todo fanático y también  por supuesto por todo aquel que busque simplemente pasar un buen rato. Mi personaje favorito, Milú, está sencillamente brillante, y la escena final, que cierra con su mirada deseosa de más aventuras, me dejó con una sonrisa de oreja a oreja, esperando ansioso el estreno de la próxima entrega.

7 - Buena